Explicación inicial

Bienvenidos, me fascinará adentrarlos en la idea más simple que he tenido en toda mi vida. Les aviso, no soy vendedor de buzones ni les traigo mágicas soluciones que barra con todos los problemas de la sociedad moderna. Pero, esto que voy a comentarles es tan pero tan sencillo y al alcance de cualquier cerebrito, que hasta me parece bobo que a nadie se le haya ocurrido antes, o que no se haya llevado a cabo. Tengo un pedo nebulosa en el cerebro? Tal vez, primero lean, después sí son libres de mandarme a cagar o de echarme la culpa por los minutos que hayan perdido leyendo esto.

Bien, por empezar tenemos una persona con el suficiente poder adquisitivo como para poder donar una vez por mes la suma de $1 no convertible. Si llevamos esto al ámbito nacional, y gracias a que aun la mano invisible y atrevida del mercado nos permite todavía sobrevivir sin tener que intercambiar en ferias tortas de ricota por jabones artesanales (por lo menos varios de nosotros), podremos contar con... digamos... algunos millones de personas que podrían, colosal esfuerzo para el presupuesto familiar o personal mediante, donar la astronómica suma de $1 no convertible.

Por otro lado, tenemos a un gurrumín, un purrete, un niño o niña que tuvo la "mala suerte" de haber nacido en un hogar pobre o haber sido abandonado por sus progenitores (decimos esto porque no nos cuesta nada adherir, para ganar garketing y porque las buenas costumbres aristócratas lo exigen, a la teoría de que la pobreza es un mal natural y necesario de la sociedad, que por algo están como están, que son unos parásitos sociales y blah blah blah).

Ese infante probablemente no concurra a la escuela o no termine los estudios, sean primarios o secundarios. Así ocurre en nuestra rosada realidad, aunque la Argentina cuente con educación pública de libre acceso y gratuita (es por ello que cada vez que escucho la palabra "privatización" en la misma oracion que "educación", me recorre un tembleque y necesito hacer la gran mano derecha huevo izquierdo)


Supóngase que ese mismo infante concurre a la escuela. Con eso sólo debiera bastar para poder forjarse un futuro, pero no es así. Todo lo que necesita para su educación, como útiles escolares y libros, es costoso y no podrá adquirir la totalidad de los elementos que precise. Y no olvidemos el factor alimentación, esto es, sin una adecuada dieta que contenga todas las vitaminas y minerales necesarios, no podrá desarrollar sus capacidades intelectuales en su totalidad. Esto no es un mito, y fui testigo de este horrendo fenómeno que tiene lugar en éste, nuestro país, al que los horrorizados e hipócritas gerontes de viejas generaciones aun siguen llamando "el granero del mundo".

Resumiendo, ese chico no podrá educarse como corresponde, se le hipotecarán sus capacidades intelectuales, y por ende habrá simplemente de fracasar a la hora de buscar un trabajo y de hacerse un lugar en esta tan solidaria sociedad, y de desarrollar plenamente su autonomía, su cultura y su inteligencia, convirtiéndose en un esclavo del sistema, un rehén.

Bien, juntemos pues al solidario o los solidarios argentinos que pueden, (aclaramos despues de tanto esfuerzo en su ajustado presupuesto) donar $1, con el niño o niña que precise recursos económicos para educarse y desarrollarse, y obtendremos una simbiosis que podría recomponer el tejido social y la dignidad de ese chico, y de esa manera extirparle el lacrado rótulo de excremento social irrecuperable, que determinados sectores les imprimen para no pensar en las causas de todo eso... o bien simplemente para no pensar en ello.

Pero los números son mucho más convincentes que la retórica. Supóngase que un niño necesita $1.000 por mes para cubrir diversos gastos que abarquen alimentación, salud, educación, ocio, etc. En resumen, todo aquello que quisiéramos darle a nuestros hijos para que tengan un desarrollo pleno. Básicamente, la idea es asegurar la cobertura en los gastos (o en la inversión) mensuales del chico, incluso el alquiler para la familia. Para ello precisaríamos de 10.000 personas que tras recortar ferozmente su presupuestos, le den a este niño $1 cada uno. En Argentina, cuántas personas tienen la capacidad de donar $1 mensual? Sin ánimo de tirar un número al azar, imagino que cerca de 10 millones. Hagan la cuenta... bueno, esta bien, son 10.000 chicos con sus necesidades cubiertas.

Es una idea tan simple, tan básica, que cada vez que la pienso, y dada mi limitada y modesta inteligencia, me pregunto con indignación, CÓMO MIERDA ES POSIBLE QUE A NADIE SE LE HAYA OCURRIDO ALGO ASÍ?

Tan sólo imaginen, 10.000 chicos que desde su temprana infancia pueden tener una vida digna y recibir la educación que precisen, primaria, secundaria e incluso universitaria si así lo desean. Esos chicos probablemente serán adultos agradecidos y formados en el amor, la tolerancia y la etica. Serán probablemente los mejores argentinos. O por lo menos habrán de recibir las oportunidades que diariamente, y de manera impune, se les niegan para que ello ocurra. Serán adultos, y de esta manera otros chicos irán tomando su lugar y recibiendo lo necesario para su desarrollo personal, en un movimiento que no se detiene.

Vamos, no es una idea del otro mundo!

Hay un único problema, y es que no sé cómo llevar plenamente esta idea a la práctica y ponerla en funcionamiento. Está claro que un primer paso es juntar gente para que además de aportar parte de su tiempo en la puesta en marcha del proyecto, denominado uno a uno, propongan ideas tanto para la democratización del mismo como para la selección de las mejores opciones que tienda a la mayor eficacia y eficiencia. Varias personas ya están trabajando en el proyecto.

Es necesario para ello que se de a conocer esta idea a mucha más gente para que se vaya sumando o para que vaya teniendo idea de la misma. Si gustan de ayudar, pueden pasar el link a sus contactos, postear aquí mismo o bien escribir a uno.a.uno1@gmail.com, proponiendo diversas ideas o bien para lo que se les antoje.

Gustoso de poder contar con ustedes, los saluda

Los integrantes del proyecto Uno a Uno.